domingo, 7 de noviembre de 2010

Apuntes Diseño: Tema 5 Historia del Arte

VANGUARDIAS DEL S. XX. Y TENDENCIAS ARTÍSTICAS RECIENTES.

Para desarrollar el tema comenzaremos por hacer un breve apunte sobre la etimología del término Vanguardia, hablaremos del contexto histórico en el que surge y de sus características generales. Más tarde, nos dispondremos a hacer un repaso por los distintos ismos surgidos durante las primeras décadas del S. XX para finalizar con las últimas tendencias.

El término vanguardismo procede de la palabra francesa avant-garde, un término del léxico militar que designa a la parte más adelantada del ejército, la que confrontaría la «primera línea» de avanzada en exploración y combate. En el terreno artístico, se ha llamado vanguardias históricas a una serie de movimientos artísticos de principios del siglo XX. Estos movimientos buscaban innovación en la producción artística; se destacaban por la renovación radical en la forma y el contenido; exploraban la relación entre arte y vida; y buscaban reinventar el arte confrontando movimientos artísticos anteriores.
Se manifiesta a través de varios movimientos que desde planteamientos divergentes abordan la renovación del arte y/o la pregunta por su función social, desplegando recursos que quiebren o distorsionen los sistemas más aceptados de representación o expresión artística, en teatro, pintura, literatura, cine, arquitectura, música, etc. Algunos autores, como Peter Bürger (Teoría de la vanguardia) distingue entre "auténticas" vanguardias, a aquellos movimientos que orientaron su confrontación hacia la institución arte y la dimensión política del accionar artístico en la sociedad; y concentraron sus innovaciones en la búsqueda de nuevas funciones y relaciones de poder.
Estos movimientos artísticos renovadores, en general dogmáticos, se produjeron en Europa en las primeras décadas del siglo XX, desde donde se extendieron al resto de los continentes, principalmente hacia América, en donde se enfrentaron al modernismo.
La característica primordial del vanguardismo es la libertad de expresión, que se manifiesta alterando la estructura de las obras, abordando temas tabú y desordenando los parámetros creativos: en poesía se rompe con la métrica y cobran protagonismo aspectos antes irrelevantes, como la tipografía; en arquitectura se desecha la simetría para dar paso a la asimetría; en pintura se rompe con las líneas, las formas, los colores neutros y la perspectiva.
Además, se ha de mencionar la importancia de su contexto histórico, un momento de cambios marcado por las dos Guerras Mundiales y  la aparición de nuevas tecnologías (el automóvil, el avión, el gramófono, el cinematógrafo…) que influyeron fuertemente en la sociedad y sobre todo en los artistas.
Una de las características visibles de las vanguardias es la actitud provocadora. Se publican manifiestos en los que se ataca todo lo producido anteriormente, que se desecha por desfasado, al mismo tiempo que se reivindica lo original, lo lúdico, desafiando los modelos y valores existentes hasta el momento.
Surgen diferentes ismos (futurismo, dadaísmo, cubismo, constructivismo, ultraísmo, surrealismo, etc.), diversas corrientes vanguardistas con diferentes fundamentos estéticos, aunque con denominadores comunes:
  • La lucha contra las tradiciones, procurando el ejercicio de la libertad individual y la innovación.
  • Audacia y libertad de la forma.
  • El carácter experimental y la rapidez con que se suceden las propuestas unas tras otras.
Veamos detenidamente cada uno de estos movimientos destacando de forma resumida cada una de sus características:
Empezaremos por el Expresionismo. Se trata de un movimiento que surge durante los primeros años del siglo XX abarcando todas las artes: pintura, escultura, música, teatro, cine… Se caracteriza por sus formas exageradas y por un lenguaje que transmite fuertes sentimientos. Responde a la atmósfera que rodea el advenimiento de la 1ª Guerra Mundial, tanto que en realidad, tras cada obra expresionista se esconde un grito, siendo frecuentes los temas de la angustia, el terror, la opresión o la miseria y otros morbosos como la sexualidad y lo fantástico en sus representaciones.
El Expresionismo extrae el mundo interior de las personas, oponiéndose por tanto al Impresionismo, que respondía a una mirada atenta al mundo que nos rodea. Aunque cada uno de los artistas que intervinieron en este movimiento presentan particularidades propias, podemos decir que a grandes rasgos todos ellos se caracterizaban por la supremacía de la expresión subjetiva, siendo el centro de esta tendencia Alemania principalmente, donde se destacarán dos períodos: el grupo Die Brücke (el puente) fundado en Dresde en 1905, y Der Blaue Reiter (el jinete azul) fundado en Munich por Kandinsky en 1910.
El primer periodo se caracterizará por su interés por el arte africano y primitivo, por su uso del color, utilizado de forma arbitraria y aplicado de forma violenta, su esquematismo en las formas y por su temática insistiendo en temas tabúes. Los artistas más representativos de este grupo serán Munich, Kirschner o Emile Nolde.
En el segundo período prevalecerán las líneas curvas y sinuosas, los colores serán más claros y la obra en general más lírica, plasmándose los fundamentos del arte abstracto a partir de la emoción y la geometrización de las formas. Vemos como máximos exponentes de este grupo a Kandinsky o Paul Klee.
Por otra parte, el Fauvismo fue un movimiento de origen francés que se desarrolló entre 1904 y 1908 aproximadamente. El importante Salón de Otoño de 1905 supuso la primera exhibición para el grupo cuyo objetivo era lingüísticamente la síntesis forma-color. No se buscaba la representación de los objetos inmersos en la luz solar, sino la de las imágenes más libres que resultaban de la superposición de colores equivalentes a dicha luz. En efecto, los fauvistas consideraban que mediante el color se podían expresar sentimientos. Henri Matisse es uno de los mayores representantes de esta vanguardia.
Casi simultáneamente (entre 1907-1914) surge también en Francia el Cubismo de la mano de Pablo Picasso. Este movimiento supone la ruptura clara y definitiva con la pintura tradicional y está definido por el uso personal de la luz, creándose visiones simultáneas de varias configuraciones de un mismo objeto. Desaparecerá todo efecto perspectivo y de profundidad, dejando de ser la pintura una copia de la realidad y considerándose como uno de los pioneros del arte conceptual. En general la gama cromática empleada será apagada, predominando los colores grises y ocres. Una vez más podemos subdividir este movimiento en tres períodos: el experimental (1907-09) con las “Señoritas de Avignon”, donde el estudio del arte primitivo y africano conduce a Picasso hasta la geometrización de las formas; el analítico, donde se asientan ya las bases del movimiento unificando figura y fondo en las representaciones, siendo usual el empleo del collage, y cuya temática principal serán los bodegones, y el sintético, cuando la gama cromática se enriquece, se aplican nuevas texturas y los planos de amplían. A esta etapa pertenece la obra “Tres Músicos”. A parte de Picasso podemos destacar a otros artistas dentro del Cubismo como Braque o Juan Gris.
El Futurismo, movimiento inicial de las corrientes de vanguardia artística, surge en Roma, impulsado por el poeta italiano  Marinetti, quien recopiló y publicó los principios del futurismo en el manifiesto del 20 de febrero de 1909, en el diario Le Figaro de París. Al año siguiente algunos artistas italianos como Umberto Boccioni, firmaron el Manifiesto del Futurismo.
Aunque tuvo una corta existencia, aproximadamente hasta 1914, su influencia se aprecia en las obras de Marcel Duchamp, Fernand Léger y Robert Delaunay en París, así como en el constructivismo ruso. Los textos futuristas trajeron un nuevo mito: la máquina.
Este movimiento rompía con la tradición, el pasado y los signos convencionales de la historia del arte. Consideraba como elementos principales de la poesía el valor, la audacia y la revolución, ya que se pregonaba el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso gimnástico, el salto peligroso y la bofetada.
Según su manifiesto, sus postulados eran la exaltación de lo sensual, lo nacional y guerrero, la adoración de la máquina, el retrato de la realidad en movimiento, lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito, con el fin de darle una expresión plástica. Rechazaba la estética tradicional e intentó ensalzar la vida contemporánea, basándose en sus dos temas dominantes: la máquina y el movimiento.
El Dadaísmo supuso una nueva manera de concebir el arte. Su origen tuvo lugar durante la 1ª Guerra Mundial al coincidir en Zurich varios artistas exiliados procedentes de varios países europeos. Dentro de sus motivaciones estuvo reaccionar de manera artística a la violencia extrema a la pérdida de sentido que trajo la Guerra Mundial. En 1916 se funda el “Cabaret Voltaire” por Hugo Ball, centro de reunión del grupo al que pronto se une Tristán Tzara y donde surgirán las primeras manifestaciones Dadá. El término en sí carece de significado, puesto que Tzara lo designó de forma arbitraria abriendo un diccionario por la letra “d”, ya que el grupo se opuso siempre a cualquier programa artístico organizado: sólo el interés por el “ruidismo” en literatura, y por el “azar” y la “simultaneidad” en otros medios expresivos constituyen sus elementos unificadores, además, claro está, del acto de provocación. El artista dadá luchaba contra todo lo establecido, propugnando un cambio radical no sólo en la apariencia real del objeto artístico en sí sino en la concepción del mismo. No en vano, los dadaístas denominaron a sus realizaciones “antiartísticas” pues, en sentido tradicional, ninguna de sus obras podría considerarse como arte. Destaca Marcel Duchamp quien revolucionará el mundo del arte con sus “ready-made”, objetos del entorno más común que son descontextualizados y están carentes de todo valor artístico en sí mismos. Un ejemplo de ellos es su famoso urinario titulado “Fuente”  o “Rueda de bicicleta”. Además, reinterpretó obras emblemáticas como su “Mona Lisa con bigotes”, y materializó sus reflexiones crípticas  en obras como “El gran vidrio”, que constituye un antisentido simbólico en el que destacan sobre todo las notas que efectuó para llevarlo a cabo.
La difusión del Dadaísmo fue rápida, apareciendo focos muy importantes también en Francia y EE.UU. Su final se sitúa en 1922 cuando Tzara reza la “Oración fúnebre por dadá” en distintas ciudades alemanas.
El Surrealismo, por su parte, fue concebido como una actitud vital encaminada a liberar al hombre de toda clase de restricciones mentales. Reivindicaban el sentimiento y el instinto como parte consustancial de su personalidad, de tal manera que la única forma de romper tales ataduras era a través del subconsciente. En un primer momento fue un movimiento literario acuñado por Apollinaire, que contó con la presencia de André Bretón, quien se convirtió en el ideólogo del grupo. En 1924 con el “Manifiesto surrealista” artistas de otras disciplinas se unen al grupo, la mayoría procedían del ya desaparecido Dadá. El punto de partida de sus ideas habrá que buscarlo en los escritores franceses e ingleses del S. XIX, para los que según Baudelaire: “lo bello es siempre extravagante”, y los estudios de Freud acerca del psicoanálisis y del subconsciente: el mundo de los sueños, la asociación incontrolada de ideas, etc…El Surrealismo hizo suyo el principio de automatismo tras desviarlo de su función terapéutica y convertirlo en fundamento de su actividad artística. Éste se basaba en una especie de dictado mágico provinente del subconsciente y consistía en dibujar sin lógica moviendo libre e incontroladamente la mano y el pincel. De este modo, su estética era totalmente involuntaria, aunque es cierto que hacían uso de algunos recursos como: animar objetos inanimados, aislar fragmentos anatómicos, diseñar máquinas fantásticas o recurrir a temas eróticos. Se documentaban a demás con los estudios del subconsciente como los sueños, las visiones oníricas de los deficientes mentales o drogadictos, etc…. Como movimiento artístico se deshizo en 1944 debido a la 2ª Guerra Mundial, pero para entonces éste ya se había extendido por todo el mundo, y su estética todavía perdura. Debemos destacar como grandes figuras del Surrealismo además de Bretón, al cineasta Luís Buñuel con películas como “Un perro andaluz” y a Dalí quien refleja su método paranoico-crítico en obras como “La persistencia de la memorial”.
Llegados a este punto debemos hablar del arte abstracto. La abstracción no es un movimiento único ni obedece a un programa estético común. Su definición podría ser el escrito de 1913: el hombre crea la exteriorización de su pensamiento por medio de la palabra. ¿Por qué no habría de poder crearla en pintura o escultura con independencia de las formas y los colores que lo rodean? Los abstractos no representan ni seres ni objetos, sino imágenes puras a través de los recursos estéticos: formas, colores y espacio, haciendo uso de sus valores expresivos. Es por tanto, un arte intelectual. Se dice que Kandisnky fue el padre de la abstracción cuando comenzó  a rellenar sus obras con manchas cromáticas irregulare y erráticas líneas que armonizaban entre sí. Sus títulos se parecían a los de las composiciones musicales y afirmaba que el color era un medio para ejercer una influencia directa en el alma y que podía suscitar esas emociones espirituales.
A partir de estos postulados surge el Neoplasticismo en 1917 en Leyden, Holanda. Se pretendía una nueva estética y su objetivo fue la combinación de la arquitectura, las artes plásticas y la pintura en una formación clara, simple, ordenada, elemental y pura. Para ello se elimina todo aquello que pueda considerarse superfluo quedándose sólo con lo elemental. Se trabaja con figuras geométricas regulares y ángulos rectos, así como los colores primarios, el blanco y el negro. Aunque en estas obras primará la asimetría se crean composiciones con un gran sentido del equilibrio visual. Uno de los máximos exponentes del Neoplasticismo será el pintor Piet Mondrian.
Alrededor de los años 50 se germina lo que se ha denominado Expresionismo abstracto, una pintura subjetiva que tenía sus orígenes en el surrealismo y que se desarrolla plenamente en EE.UU. El término lo acuña el crítico de arte Robert Coates  y se extiende a toda la pintura estadounidense no figurativa de la época, que no sea de tipo geométrico. Harold Rosenberg, teórico de este tipo de arte habla de “Action Painting” para referirse en concreto a la obra de Jackson Pollock por la importancia que otorga éste al acto de pintar, al gesto como impulso instintivo incontrolado pero que responde a un clima emocional de libertad e intuición. En ocasiones, los artistas de esta tendencia, llegan a abandonar los pinceles, utilizando la técnica del “dripping) arrojando la pintura directamente sobre el lienzo desnudo y dejando intervenir el azar. Las obras tenderán a ser de gran formato y los materiales normalmente sintéticos: esmaltes o acrílicos. Además se hará uso de otros como arena, polvo de mármol, vidrio o pinturas metálicas. En las composiciones se aprecia el recargamiento y el miedo al vacío que en ocasiones conducen a la monotonía.
Durante las últimas décadas del SXX asistiremos a una serie de tendencias que en manera han continuado hasta nuestros días. Aunque en general predomina el eclecticismo artístico, podemos concretar algunos de los movimientos que presentan unos perfiles bien definidos: el Op Art, el Pop Art y el Arte Conceptual.
El Op Art surge en 1965 con la exposición “The Responsive Eye” celebrada en el MOMA de Nueva York, donde participó Vasarely entre otros. Este grupo de artistas se especializó en los efectos ópticos y sus impactos en la percepción visual del espectador, modificando y desestructurando su campo de visualización cotidiano de la realidad. De esta forma se creaba una ilusión, una virtualidad, una realidad móvil que en realidad es estática.
El Pop Art data de la misma época. El término procede de la abreviatura de Popular Art, y se desarrolla en EEUU y Londres. Trata de presentar de forma irónica una realidad cotidiana dentro de los mitos consumistas de la cultura de masas. Se representan cómics, estrellas de Hollywood, anuncios publicitarios, comida rápida, etc..  todo ello con un gran colorido muy saturado. Aunque el movimiento no fue inicialmente aceptado por la crítica, ya que al ser un arte figurativo refutaba todos los logros artísticos conseguidos con el Expresionismo abstracto, finalmente se estableció como uno de los movimientos modernos más representativos de nuestro tiempo. Destacan sobre todo las serigrafías de Andy Warhol reproducidas de forma seriada, que representan casi de forma exclusiva este movimiento.
En cuanto al Arte Conceptual, éste se desarrolla ya en los años 70. Vemos sus precedentes en el arte de Marcel Duchamp, quien como ya hemos visto, daba mucha importancia a la concepción teórica de sus obras. De esta manera, los artistas conceptuales no se preocupaban de la realidad objetiva de sus obras, sino de sus planteamientos teóricos o conceptuales. La creación artística es contemplada desde la perspectiva de su propio proceso generativo. Se desplaza la atención a una idea o hacia el proyecto del mismo, haciendo uso para ello la combinación de diferentes disciplinas artísticas. Se puede tomar como modelo de arte conceptual la obra de Joseph Kosuth “Una y tres sillas”.
A partir de estas tendencias surgirán muchas otras en los últimos años: el Minimalismo (donde se pretende expresar con el menor numero de elementos y recursos posible), el Hiperrealismo (con pintores como Chuck Close, que pretenden emular la realidad como si ésta se presentase ante una cámara fotográfica) el arte povera (que incluye materiales poco convencionales, generalmente industriales y pobres) o el Land Art (en donde se crean intervenciones en el entorno) son algunos ejemplos de ello. 
También mencionar, que aunque normalmente al hablar de todos estos movimientos se suele mencionar sobretodo la pintura, en casi todos podemos observar importantes intervenciones de otras disciplinas, como la escultura, la arquitectura e incluso la música, la literatura y el cine.
Como conclusión haremos un breve repaso a lo expuesto. Hemos comenzado por definir el término Vanguardia, hemos hablado del contexto histórico en el que surgen y hemos extraído las características principales de los movimientos que participaron de las vanguardias. A continuación hemos hecho un repaso de los diferentes ismos hasta llegar a las últimas tendencias artísticas. Finalizaremos diciendo que las vanguardias son una verdadera muestra del sentimiento de la sociedad de las diferentes décadas del siglo XX, que han marcado las bases del arte contemporáneo con sus métodos expresivos. Actualmente asistimos a un gran eclecticismo, que más que transmitir el sentimiento o las inquietudes de la sociedad, se rige por la oferta y la demanda del mercado del arte.

Bibliografía:
-          ARGAN, G.G.: El arte moderno, 1770-1979. Fernando Torres, 1985
-          GOMBRICH, E. H, Historia del Arte. Ediciones Garriga, 1975
-          DE MICHELI, M: Las vanguardias artísticas del S.XX, Alianza, 1979
-          FIELL, CH: Diseño del siglo XX, Taschen, 2005

lunes, 1 de noviembre de 2010

PARALELAS 1º ESO

Luís Miguel 1º ESO-C
Olexandra 1º ESO- C

Apuntes Diseño: Tema 4 Composición

TEMA 4. COMPOSICIÓN.


Componer significa ordenar los elementos que forman el conjunto de la imagen para obtener unidad y orden. Para ello, son de vital importancia las dimensiones, formas, colores, su situación y el movimiento.
Los elementos fundamentales de la composición son el tema utilizado, el medio y el modo de expresarlo.
Sin embargo, a lo largo de la historia la composición ha seguido unas tendencias u otras dependiendo de la época en la que se ha llevado a cabo.
Algunos de los ejemplos más representativos serían el empleo de la simetría durante el antiguo Egipto y la Grecia arcaica, la estructura triangular o piramidal en el Renacimiento, el dinamismo en el Barroco, o el uso de la luz como eje principal de la composición en épocas tan distintas como la del tenebrismo en el SXVII y el Impresionismo a finales del XIX.
También podemos encontrar distintos tipos de composición pudiendo ser:
-          Clásica: cuando se hace uso de motivos estáticos, se potencia la simetría y el equilibrio, aparece perspectiva o en general reina la armonía.
-          Libre: cuando no se da nada de lo anterior,
-          Concéntrica: como podemos ver en el Cubismo
-          Periférica: como en el Neoplasticismo, etc…

Pero para entender bien el concepto de composición, antes debemos atender a una serie de conocimientos previos como son el tema y el formato:
-          El tema nos muestra qué es capaz de expresarnos el artista.  Según la temática de la obra o lo que pretenda aludir hará uso de un tipo de composición u otro. En una obra figurativa, por ejemplo, observará qué hay ante sus ojos y escogerá aquello que más le interese. En una obra abstracta la composición se regirá por el uso y colocación del color o las formas, haciendo uso del equilibrio, el peso visual, los contrastes… y otros recursos que luego desarrollaremos.
-          En cuanto al marco, diremos que es la “forma límite” de la superficie, con lados y ángulos, y es importante porque con él definiremos el formato, es decir, la relación de proporciones de los lados de la superficie y su tamaño.
-          Según las proporciones y la orientación de este formato, podremos conseguir diferentes cualidades emotivas, así pues,
o        Un formato vertical nos transmitirá equilibrio y altura
o        Mientras que uno horizontal evocará calma y estabilidad. Será frecuente por ello en bodegones y paisajes.
o        El formato cuadrado nos muestra, además de equilibrio, indiferencia
o        El circular infinitud
o        El ovalado trasmitirá la delicadeza femenina y
o        El romboide inestabilidad.
Sin embargo, muchas veces se hace uso de la composición mediante procedimientos que quizá sólo pueda comprender el “ojo educado”, pero que sin embargo dotan de gran belleza a muchas obras siendo apreciadas por cualquiera. Se trata de las líneas de fuerza, unas líneas no físicas que el ojo recorre siguiendo la ordenación de partes, efectos plásticos y psicológicos de la imagen. Suelen coincidir con la colocación de los elementos visuales sobre el formato creando una estructura geométrica que viene a ser “el esqueleto” de la obra.

¿Pero cómo componemos?, ¿cuáles son los elementos formales de la composición? En primer lugar hablaremos de los elementos básicos del lenguaje visual, que como sabemos son el punto, la línea y el plano.

-          El punto, es la huella que deja cualquier material gráfico-plástico sobre una superficie o soporte, es el elemento visual más pequeño, pero no por ello deja de ser uno de los más expresivos. Dado que puede tener color, textura y formas diferentes, no sólo la circular, posee gran capacidad para atraer nuestra atención. Un punto dibujado sobre un soporte o plano de papel dirige nuestra atención hacia él generando diferentes tensiones: centrales, diagonales, verticales, horizontales… creando diferentes sensaciones: orden, equilibrio, dinamismo… Además son posibles las agrupaciones de puntos que crean efecto de claroscuro.

-          La línea es un punto en movimiento. Necesariamente, para materializarla, le daremos un grosor determinado, así como una longitud concreta, ya que todo soporte tiene un principio y un fin. En realidad, no existe nada en nuestro entorno delimitado por líneas visibles:
      A)Son resultado de tratar de separar imagen-fondo.
      B) También las dibujamos al querer identificar el encuentro o corte de dos planos.
Las líneas, pues, podrán tener diferentes grosores, ser continuas o a trazos, pueden ser rectas, curvas, o a mano alzada aportando el gesto sensible y se pueden combinar configurando superficies y composiciones.
o        Según su dirección nos darán distintas sensaciones:
§         Vertical: fuerza, elegancia, ascensión y misticismo.
§         Horizontal: reposo, tranquilidad, quietud.
§         Inclinada: inestabilidad, dinamismo y fuerza, y
§         Curva: suavidad, movimiento y dinamismo.
o        Según su agrupación trasmitirán:
§         Líneas concurrentes: movimiento, profundidad, alejamiento.
§         Abiertas hacia fuera: expansión
§         Relaciones de aumento o disminución: orden
§         Mezcla de líneas en distintas direcciones: caos.
Al igual que el punto, el agrupamiento de líneas puede generar claroscuro.

-          El plano o masa está delimitado por un contorno. Con los planos geométricos podemos general polígonos, mientras que con los planos orgánicos podemos conseguir formas irregulares y libres infinitas.
o        Si nos referimos al plano como apariencia poligonal tendremos que:
§         Un cuadrado trasmite equilibrio, pero también rigidez.
§         Un rectángulo, calma y estabilidad, además se le pueden aplicar las características de la línea según su orientación.
§         Un triángulo, además de equilibrio, puede representar ascensión o depresión, y
§         Un círculo dinamismo.
o        Si por el contrario nos referimos al plano sólo como elemento compositivo veremos que :
§         Las formas estructuradas que siguen una dirección base trasmiten orden.
§         Mientras que las que se disponen libremente aportan caos.
§         Además, los planos presentan unas características muy expresivas, la superposición, la transparencia y la perforación, que aportan muchas posibilidades compositivamente.
§         También la posibilidad de combinar planos para crear profundidad, espacio y tridimensionalidad resulta muy interesante.
Pero, aparte de  estos tres elementos, debemos resaltar otros aspectos que resultan definitivos a la hora de componer, como son la luz, el color y la textura.
-          La luz, como sabemos, influye sobre la apariencia de las cosas hasta tal punto que puede cambiar incluso su significado.
o        Según su dirección puede aportar: dramatismo si ésta es cenital, es decir, se proyecta desde arriba, o puede trasmitir terror si procede desde abajo. Puede crear siluetas con los contraluces o potenciar su volumen si se trata de luz lateral.
o        La luz es el elemento esencial del claroscuro, ya que puede generar profundidad, volumen, sombras propias y arrojadas en los objetos, etc…
o        En este sentido es importante hablar de tono, dado que la luz puede tener varios grados de intensidad yendo del blanco al negro, pasando por grises intermedios. Existen diferentes claves de tonalidad, tonos bajos (oscuros) o tonos altos (luminosos) que podemos clasificar en distintas categorías. Las claves altas aportan gran vitalidad, mientras que las bajas misterio.
-          El color proporciona una apariencia u otra a las formas dependiendo de la longitud de onda de la luz. Puede generar impresiones armónicas o de contraste.
o        En las armónicas:
§         Predominan los colores que están próximos en el círculo cromático.
§         También los tonos con luminosidades parecidas (tonos pastel)
§         O con temperatura similar (fríos o cálidos)
o        En las de contraste encontramos las características opuestas.
o        En general, los colores claros tienden a expandirse, poseen más peso visual y dan sensación de distancia, alejamiento.
o        Además, cuando hablamos de la psicología del color, encontramos que según las tonalidades nos pueden evocar distintos sensaciones.
§         Los colores fríos trasmiten en general tranquilidad y frescura. El violeta aporta misticismo y el verde  nos recuerda a la naturaleza.
§         Los colores cálidos, por el contrario, son símbolo de vitalidad. El rojo trasmite pasión, el amarillo alegría, el naranja juventud…
-          En cuanto a la textura, se trata del aspecto de percepción táctil que llegamos apreciar como visual por medio de la experiencia, sabiendo que puede ser rugosa o lisa sin haber tocado si quiera el objeto. La textura es un medio muy expresivo que puede dar riqueza a la composición.

La combinación o sintaxis de todos estos elementos serán los principios que regirán toda composición dotándola de gran expresividad.
·         Así pues, podemos obtener sensación de espacio mediante:
§         Diferentes luminosidades o
§         Gradiente de textura
§         Tamaños,
§         O colores
§         También haciendo uso de la perspectiva, utilizada como parte de la composición desde el Renacimiento.
·         El equilibrio, es la buena disposición organizada de las partes de una composición, en la que no hay desajustes visuales, y en la que sus características formales están compensadas. En este sentido cabrá destacar la importancia del peso visual y la simetría y el ritmo.

§         El peso visual es la atracción que ejerce la parte inferior del marco del formato sobre los elementos de la composición. Según Arnheim influye:
- la ubicación: pesando más las formas alejadas del centro.
- la profundidad espacial, es decir, a más profundidad, más peso visual.
- el tamaño: pesando más las formas más grandes.
- el color: siendo más pesados los colores cálidos y claros.
- el aislamiento: porque cuando vemos una forma en un espacio vacío ésta cobra importancia.
- la misma forma y su orientación, siendo los contornos regulares y horizontales o verticales los más pesados.
- el conocimiento por medio de la experiencia
- y el interés intrínseco de la obra, según su temática, etc..

§         La simetría es un atributo compositivo que presentan obras cuyas formas se corresponden punto a punto teniendo como referencia un eje. Este eje podrá ser:
·          Central, en caso de la simetría axial, pudiendo estar orientado horizontal o verticalmente.
·         O el eje vendrá determinado por un punto en torno al que girarán las formas, generándose una simetría central o radial.

§         El ritmo es la repetición de las formas visuales e influye en la dirección.
·         Será constante si la repetición de los elementos formales se dirigen hacia una misma dirección y presenta los mismos atributos. Pudiéndose dividir en:
o        Uniforme o
o        Alterno.
·         Será variable si el reparto de las formas o colores varían su dirección, distinguiéndose entre:
o        Crecientes y
o        Decrecientes.
·         Será circular si se disponen de forma radial, pudiéndose clasificar en:
o        Concéntricos
o        Radiales y
o        Espaciales.

·         En este sentido, y relacionado con todo lo anterior, cabe resaltar el concepto de tensión. Existen dos tipos de tensiones, las constructivas, que se desprenden de las formas de representación y sus relaciones, y las perceptivas, que son las que el sujeto recibe en función de su capacidad física, su cultura, educación o personalidad. Para Arheim, hablamos de tensión dirigida en el caso de las ilusiones ópticas, cuando no hay concordancia entre lo que es y se percibe y de tensión en la deformación en imágenes conocidas deformadas.
·         También la dirección y la velocidad se tendrán que tener en cuenta a la hora de componer. La dirección viene definida por la situación de los objetos en la composición, aunque también puede estar presente en otros condicionantes simbólicos como las miradas de los personajes que aparecen, o los gestos de sus manos. Un claro ejemplo de esto podría ser La última cena de Leonardo. En cuanto a la velocidad, ésta será, por su puesto, sólo una impresión relacionada con el movimiento y la dirección. Podemos ver velocidad en obras Futuristas.
·         Por último, hablaremos en este apartado del movimiento y la expresión. Al igual que la velocidad, éstos serán la ilusión creada con recursos expresivos que generan direcciones, tensiones y dinamismo. Tales recursos darán a las obras apariencia de acción. Una vez más podemos tomar el Futurismo como ejemplo, así como el Cubismo, el Arte Cinético o el Op Art.
Para finalizar, concretaremos que en ocasiones la composición no sólo nos sirve para crear obras bellas estéticamente, sino que también hace de guía conduciéndonos por los puntos de interés de éstas, es decir, haciendo que nuestras miradas se detengan en puntos concretos que el artista ha querido resaltar. En este sentido, tendremos que tener en cuenta aspectos tales como el simbolismo y la emoción puestos en el mensaje. Su variedad aportará dinamismo visual y hará que una obra resulte más interesante.

Bibliografía:

-          ARNHEIM, R: Arte y Percepción visual. Alianza Editorial, 1984
-          GOMBRICH, E.H.; La imagen y el ojo. Alianza Editorial, 1913
-          ZUNZUNEGUI, S.; Pensar la imagen. Editorial Cátedra, 1992